lunes, marzo 20, 2006

"Aprender a ser, a hacer, a aprender, a convivir"

La UNESCO ha planteado como meta para el año 2015 la EDUCACIÓN PARA TODOS.
¿Qué podemos aportar desde la escuela católica a los paradigmas de la educación en el siglo XXI en el contexto de la educación para todos?

6 comentarios:

Segundo Año dijo...

El fracaso escolar es devido a que la escuela no acoge al chico en su especificidad sino que se posiciona frente a él “cual una mujer ante un género”, lo mide (“con su metro”), y lo compara con la idea previa que tenía, aplicándole los recortes y añadidos necesarios para obtener lo ideado, técnicamente: “Hipótesis represiva”. Pareciera que en el fondo el fracaso depende de la respuesta a la pregunta de cómo acojo la realidad, si tratando de que se asemeje a Una Idea o la recibo conforme se me presenta, escuchándola para poder llevarla a su máximo desarrollo, (¿Platón-Aristóteles? tal vez…).

Unknown dijo...

La escuela es la responsable del fracaso escolar

El objetivo básico de la educaciíon escolar, no apunta a facilitar a los individuos una función mediadora en el aprendisaje en las relaciones del individuo con su medio.
No se tiene en cuenta, el nivel de los alumnos a los que va dirigido y su familiaridad previa con los contenidos que seran enseñados, para que pueda adquirir así un conocimiento progresivo.
El material, el lenguaje técnico, la definicion de los términos que se utiliza para la enseñanza, muchas veces son arbitrarias dentro de una cultura determinada.
No existe estimulación, motivación para que el alumno de acuerdo a su base experiencial y su estructura conceptual, en forma crítica, activa, reflexiva, reformule los contenidos con su propio vocabulario y ésto lo impulse hacia nuevos niveles de desarrollo.
El contenido de los programas no son seleccionados para situarlos en un contexto más amplio, para que los procedimientos de indagación evolucionen continuamente y la enseñanza y evolución llegue particularmente a los menos maduros y los lentos ,no hay una reformulacion de los problemas ya existentes.
Alumna : Sosa Rodriguez , Fatima Mercedes

Carrera : profesorado

Fray Ariel OSA dijo...

Lucía Garay
Psicopedagoga y analista institucional

Recurrir a la Justicia para dirimir conflictos en el campo escolar producidos por necesidades y demandas escolares insatisfechas, es un emergente de procesos disruptivos, sociales e institucionales, que, desde hace mucho, están sucediendo. Así, un hecho como el de Huinca Renancó, se convierte en una válvula de escape o en una alcantarilla de la que brotan peleas y reivindicaciones no escuchadas ni atendidas, discursos desmesurados, actos irreflexivos.

Todos los pedidos de amparo judicial para que una escuela rectifique una medida disciplinaria o un resultado académico vienen de los padres; es decir, de algún modo, de la comunidad. ¿Qué le da origen? La sospecha y desconfianza acerca de la calidad profesional y la autoridad de quienes evalúan y deciden: docentes, directivos, supervisores, funcionarios. ¿Es infundada su desconfianza? Quizás en este caso particular sea infundada; pero la representación dominante en la sociedad sobre las escuelas públicas es de deterioro, descomposición, carencias e indisciplina de trabajo. Muchísimos chicos y sus padres sienten, en particular con la secundaria, que hay que lograr a toda costa pasar de año e irse lo antes posible. Repetir de año es un obstáculo que hay que revertir como sea, amparo judicial mediante. Después verán si se deciden a estudiar y aprender. Esto vale para la clase media y alta. Para los pobres la escuela es otra cosa; ellos quieren estar a toda costa. Como una paradoja es a los que más expulsan.

La judicialización pone en escena una pelea entre adultos, padres, docentes, funcionarios, que aparenta fundarse en beneficio del alumno; pero en el fragor de la pelea y sus ecos mediáticos, esta intención se abandona para embarcarse en sus propios problemas; el poder de los padres para imponer su criterio –muchos papás y mamás quieren reivindicar su propia historia escolar de dificultades y fracasos–; docentes que se sienten intimidados y descalificados y que, por eso, reivindican no hacer ni comprometerse pedagógicamente con "los chicos problema"; funcionarios que siempre parecen "desconocer" y llegar tarde con soluciones a los problemas; amparados en una lógica administrativa que esconde su temor a intervenir para no pagar el "costo político".

En medio de la balacera está nuestro, pronto olvidado, jovencito de Huinca. Si un adolescente de 16 ó 17 años, ya no es un niño, debe dar examen de 12 materias, con 12 profesores diferentes, significa que algo muy dramático le está pasando con el aprendizaje, con sus deseos y motivaciones, con sus competencias intelectuales y emocionales para organizarse y estudiar; ni qué decir del desarrollo de su autonomía para relacionarse con los adultos, explicar, peticionar, defender sus derechos. ¿Qué será del futuro de estos jóvenes si algo tan básico y simple como el trabajo escolar no puede hacerlo sin sus padres? Es penoso reconocerlo, pero está en el camino del fracaso educativo que todo el poder social, judicial o económico de sus padres no logrará suplir cuando deba enfrentar la realidad por sí mismo.

No nos engañemos, la judialización de estos problemas educativos no restituye derechos; confirma el fracaso educativo, aunque lo disimula y crea la ilusión de que no existe. Judicializar es la antieducación.

http://www.lavoz.com.ar/07/05/16/secciones/sociedad/nota.asp?nota_id=72228

Segundo Año dijo...

en mi opinion... hasta que la filosofía dentro de cada ciencia o disciplina no apoye su oido en el seno de la naturaleza y escuche cómo es el desarrollo del hombre no sabrá orientar éstas para la expresión máxima del mismo. En materia pedagógica a esto le atribuyo el fracaso escolar.(Montesano)

Segundo Año dijo...

SOBRE LA AFIRMACIÓN: LA ESCUELA ES RESPONSABLE DEL FRACASO ESCOLAR (Según articulo “La evaluación de los aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo”)

El articulo señalado dirá que “la evaluación será valiosa en tanto permita conocer la manera y grado de apropiación del conocimiento…”, sino se tiene este principio claro de nada valdría.
En el libro “La zona de construcción del conocimiento” de Newman, Griffin y Cole, señala que el docente debe evaluar cuando es conveniente, necesario y posible intervenir en la enseñanza para promover en cambio cognitivo, esto lo hará dándole pistas por donde seguir la tarea para poder terminarla. A veces se suele caer en lo “fácil” y señalar al niño la respuesta no permitiendo así el aprendizaje, en este sentido sí podemos afirmar que “la escuela es responsable del fracaso escolar”.
gabriela ferreyra profesorado

Segundo Año dijo...

Creo que al hablar del fracaso escolar se deben pensar en varios factores: maestros, institución, familia, el propio niño, etc.
En mi opinión creo que la palabra maestro esta cargada de otros aspectos que van más alla del enseñar sino que debe tener una mirada más amplia e individual para lograr así el aprendizaje en el chico y de esta manera motivarlo al aprendizaje escolar.
gabriela ferreyra, profesorado